lunes, 16 de abril de 2012

LAS POESIAS DE ANTOÑITO Y DANIELA




El pasado jueves, conocí al niño en su día injertado en Orduña "Antonito" Antonio Molina, acompañado de su pareja literaria Daniela Bartolomé y del que hablé en mi artículo anterior.
Dentro de unos días más concretamente el próximo lunes 23 de Abril a las 18:30 horas en la Librería Deusto, sita en la plaza San Pedro, 4 (junto a la escuela de idiomas) de Bilbao, Antoñito y Daniela presentarán su ppoemario "POESIA EN SU TINTA HOJASENLATA" Una actividad del taller de Narración Creativa "Lunes de Papel" abierta al público.

Aqui dejo un par de poemas que Antonio Molina dedica a la Ciudad de Orduña


Fuimos Niños
Mucho tiempo ya ha pasado
Es verdad, ¡para qué negarlo!
Fuimos niños, también jóvenes,
cuando los juegos compartir sabíamos.
En la misma escuela nos juntamos
para aprender educación y una cultura.
Los mismos maestros compartimos
con nostalgia e ilusión.
Recuerdo esos años con primor,
reverencia y fantasía.
Mentes limpias las que gozábamos
compartiendo esas pequeñas travesuras.
No entendíamos de políticas caseras,
ni historias que nos dividían.

Pasando la niñez y pubertad como un suspiro.
Y comenzó nuestra vejez como un zarpazo,
con el corazón ya desgastado.
Cansado del paso de los años,
y azuzado, por los avatares de la vida.
Quisiera yo otra vez volverme niño
para poder disfrutar de aquellos años
y de esa noble amistad que nos unía.

Aquella hermosa amistad sin ira, a pesar de
la amargura, y de la pena, que de niños compartíamos
con esa sonrisa sincera que de nosotros fluía.
Hoy podemos compartir las cosas buenas.
Sin olvidarnos y mantener en el recuerdo,
a aquellos que un su día nos dejaron,
que no podemos ni debemos olvidar,
porque también llegaron a formar
parte de nuestra vida.

Orduña
Mi ciudad es tierna y bien cuidada,
tierra de mi niñez y juventud que me miraba.
Siento sus campanas repicar en mi interior,
su sonar a gloria en mi deleitable crepúsculo.

Sus calles y su plaza junto con su fuente,
procesión solemne que brota de su vientre,
jugoso exponente de su proceder
que aflora a mi mente desde mi niñez.

Salen con presteza firme su andadura.
Suenan sus ‘pasos’ por calles estrechas.
Sus ‘teas’ iluminan las noches eternas,
las de mi placentera juventud que aún merodea.

Semana Santa en Orduña que me salpicó
como agua fresca, la de mi grata infancia.
Sentimiento que brota con eterno gozo
de mi tierna y jugosa pequeñez.

Arduo el trabajo y chirriar de dientes.
Ante los problemas, chirigota y cante.
Son gente guapa y sonriente
que superan con creces las vicisitudes,
las malas artes y contrariedades
que con algodón blanco
limpiaban con pericia.
Antonio molina medina














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